SERIE CUIDARTE EL ALMA



sinopsis: 

"—¿No te gusta el sexo, Andrés? —Sí, me gusta el sexo, Gabriela… El tema es que me gusta más hacer el amor. Descubrí que me excita el sentir cosas por mi compañera de cama, y saber que ella siente lo mismo por mí. Después de hacerlo de esa forma, el sexo por calentura pierde un poco la gracia. Llamáme anticuado si querés, pero así soy yo…"  En el momento más triste de su vida, el duende de las casualidades pone en el camino de Gabriela, al enigmático e increíble Andrés Otero. Para una mujer de cuarenta y cuatro años con dos divorcios a cuestas y que no quiere compromisos, este hombre tiene todas las desventajas: es demasiado atrayente, es demasiado querible, y ni siquiera es casado. Peligro, peligro. Alerta roja. ¿Cómo lograr llevar a la cama a un hombre que pondera los sentimientos por encima de las ganas? ¿Cómo evitar desear enamorarlo? ¿Como lograr no enamorarse? El deseo de disfrutarlo, es el anzuelo. Descubrir la pena que lo tortura, es la carnada. Y lo que tira del sedal es esa dulce forma de demostrarle que más que para adorar su cuerpo, él fue creado para cuidarle el alma.



Sinopsis:
¿Sabías que… uno de los siete pecados capitales… es la lujuria? —pregunta Paulina jadeando sobre mi boca.—¿Y vos sabías que… otro pecado… es la gula? —replico mientras la recuesto en la cama y mi lengua se pierde entre sus piernas. Ella las abre más y me ofrece sin reservas ese manjar.—Eso está muy mal…—Hay algo peor, cosa hermosa.—¿Qué puede ser peor?—Incesto —respondo con una sonrisa, mientras pienso que el cielo que tengo en mi boca, bien vale arder en el infierno…”El infierno…El infierno se va a desatar cuando mi padre se entere de que Pau y yo estamos enamorados. Es que siempre la verá como una niña. Es que siente que la hija de Gaby, su mujer, es también suya. Es que nos ve como hermanos, y nuestra relación para él será como un tabú. En parte lo entiendo… Cuando me di cuenta de que lo que sentía por Paulina era más que un amor fraterno también me desesperé. Y así como tiempo atrás no le perdía pisada, comencé a huirle como a la peste. Dejé de ir a su casa, me aislé del mundo a través de unos auriculares, me volteé a una compañera de clase… Hice de todo, pero no obtuve nada. Ella ya se había instalado en mi cabeza, en mi cuerpo, en mi corazón. Siento cosas tan fuertes que soy capaz de todo con tal de tenerla, incluso enfrentar al temible Andrés Otero y a lo que se me ponga enfrente. No tengo opción, no hay vuelta atrás… Porque Paulina Lens está tatuada en mi alma.



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